¡Qué bonito finde hemos pasado! Lluvias, lluvias, lluvias… bueno, y nieve! Porque estamos a finales de abril, y nieva! Ayer los Snow Leopards salieron de su madriguera para realizar una empresa modulable: el circo de Cambre d’Ase, donde, a partir de últimas visualizaciones de terceras personas, había formación. Como la meteo no estaba para tirar cohetes, preferíamos un lugar de aproximación corta y corredores cortos, y en función del día, ir haciendo, uno o dos… El caso es que al llegar a la Cerdanya, vimos claro que no haríamos nada: llovía en toda la comarca, y la visibilidad era bastante escasa en general. A parte de llover, también vimos nevar en la Molina.
Yéndose al garete todas las posibilidades, pensamos aprovechar el día de otra manera y nos fuimos al cine IMAX Port Vell en Barcelona, a ver la película documental sobre la famosa expedición antártica de Shackleton (Shackleton’s Antartic Adventure).
En resumen, son 40 minutos de una mezcla de fotografías realizadas por el fotógrafo de la expedición, algunas cortas grabaciones originales, filmaciones de paisajes, y filmaciones con actores figurantes que reproducen las experiencias de la tripulación de hace casi un siglo. Un correcto y recomendable film para todos los públicos que, para los que conocemos la historia, se hace corto.
No vamos a explicar la historia en este blog, a parte que ya hablamos de este tema hace un par de meses a razón de la exposición presentada en Barcelona con las fotografías originales de la expedición (ver: Atrapados en el -museo de- hielo), pero sí comentaremos una curiosa idea incluida en la filmación:
Shackleton y dos mimebros de la expedición se vieron obligados a atravesar la isla Georgia del Sur, para poder dar aviso de su situación a un puerto ballenero de dicha isla. A principios del siglo pasado, la isla estaba completamente inexplorada, y cubierta de nieve, hielo y glaciares. Para conseguir atravesar la isla en esas condiciones, Shackleton y sus acompañantes se clavaron tornillos y clavos en la suela de las botas para no resbalar en la nieve, cargaron una cuerda con la que se aseguraban entre ellos, llevaban fragmentos de mástil a modo de bastón, y un hacha para cortar el hielo. En esas condiciones, recorrieron la distancia que los separaba del puerto ballenero en 36 horas, sin dormir, subiendo y bajando esas pendientes de nieve y hielo… fue toda una proeza.
Para comprobar la dureza de esta aventura en concreto, se invitó a tres reputados alpinistas de nuestro tiempo para hicieran el mismo recorrido: Reinhold Messner, Conrad Anker, y Stephen Venables, que hicieron el recorrido con materiales actuales y descansando, empleando para ello tres días –por cierto, da la sensación que Messner aparece cojeando al finalizar el recorrido (!!)-. Acaban concluyendo que el recorrido era muy arriesgado y lleno de peligros, y lo que probablemente permitió que Shackleton y sus compañeros finalizaran el recorrido fue, precisamente, la ingenuidad de conocer dichos peligros.
Desde estas líneas, recomendamos que veáis la filmación.
PD: Pequeñas biografías (en Wikipedia) de los citados alpinistas: